
“Se trata de un aparato que se mete en la vagina, que es muy cómodo, y que en caso de asalto sexual atrapa el pene del hombre. Este sentirá un gran dolor, y además no se lo podrá quitar a menos que vaya a un hospital, donde no podrá negar que penetró a la mujer”, afirmó Ehlers en una entrevista a Radio Netherlands.
Según la doctora, el miembro del agresor queda encapsulado dentro del dispositivo, por lo que no hay peligro de que, pese a que se pueda evitar la violación, el pene sangre y se traspase ningún tipo de enfermedad.
Por otro lado, Ehlers niega que exista ninguna posibilidad de que el Rape-aXe cause daños internos a la mujer. Y en cuanto al agresor, los daños tampoco son permanentes, aunque sí las cicatrices que provocan las aristas cortantes.
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