
La bala explosiva de unos 6,5 centímetros de largo se atascó en la cabeza de un soldado de la Guardia Nacional afgana herido en un choque con talibanes.
Los médicos pensaron primero que se trataba de un casco, pero al examinar al paciente vieron que era una bala rellena de explosivo de cinco gramos.
Todo el personal del hospital fue evacuado. Los cirujanos decidieron extraer la bala. La operación duró cinco horas.
La bala sacada fue entregada a especialistas en explosivos.
El paciente soportó de modo satisfactorio la intervención quirúrgica, y actualmente pasa un tratamiento de rehabilitación. Andina
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