Las autoridades estadounidenses cerraron durante algunos minutos la noche del miércoles un puente importante de Nueva York para que una brigada antibombas investigara una camioneta abandonada, informó la Policía.
La brigada no encontró explosivos en el vehículo, informaron las autoridades.
El teniente Mike Wysokowski dijo a la AFP que no había bomba alguna en la camioneta abandonada en el puente Robert F. Kennedy, también conocido como puente Triboro.
Las autoridades y población estadounidense está particularmente precavidas luego de que un atentado fuera evitado el sábado en pleno centro de Nueva York.
El alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, reclamó al Congreso más recursos para la lucha contra el terrorismo tras el fallido ataque.
“Desde 1990 se han registrado más de 20 complots terroristas- o ataques perpetrados- contra nuestra ciudad”, dijo Bloomberg durante una audiencia con la Comisión de Seguridad Interior del Senado.
El sospechoso, Faisal Shahzad, de 30 años, presuntamente condujo un Nissan SUV con una bomba enorme pero defectuosa hacia el barrio más concurrido de Nueva York, el sábado, cuando miles de personas asistían a los teatros y a otras atracciones turísticas.
La policía encontró la bomba en la camioneta estacionada frente a un teatro donde se representaba el musical “The Lion King”.
El distrito de Times Square fue evacuado al tiempo que se desataba la caza del hombre.
Shahzad fue arrestado 53 horas después en el aeropuerto John F. Kennedy poco antes de la medianoche, cuando su vuelo de Emirates Airlines se disponía a despegar con destino a Dubai.
El martes, fue sometido a un interrogatorio para determinar eventuales conexiones con grupos extremistas.
Los cargos criminales sostienen que el hombre recibió “entrenamiento de fabricación de bombas” en la región paquistaní de Waziristán.
El fiscal general Eric Holder comunció que Shahzad había admitido su participación en el intento de atentado.
La demanda criminal de diez páginas presentada el martes acusa a este residente del estado de Connecticut de tratar de “usar un arma de destrucción masiva” para matar en el concurrido centro de Nueva York.