
Según informes preliminares brindados en la escena del crimen por expertos de Medicina Forense, el empresario aparentaba haber fallecido de un paro al corazón, ya que no tenía ningún signo de torturas, heridas de bala, arma blanca o asfixia.
El cadáver de Jaar fue hallado a las 5:00 de la mañana, en una casa abandonada y con la puerta abierta, por lo que se presume que en esa vivienda tenían al empresario secuestrado.
La alerta la dieron vecinos del sector al observarlo envuelto en las sábanas con las manos sobre el pecho y boca arriba, por lo que horas después llegaron familiares del empresario quienes confirmaron la identidad del mismo.
Carta a sus hijos
Don Miguel tenía todos sus documentos personales entre los que encontraron una carta manuscrita dirigida a su familia, en la cual les contaba el cautiverio que estaba viviendo a manos de sus secuestradores, quienes exigían una millonaria recompensa por su liberación.